HOMBRE Y MUJER EN LA HISTORIA DE LA
FOTOGRAFÍA.
Tradicionalmente, a los hombres y a las mujeres se les han
asignado unas funciones determinadas, un rol hermético del cual no debían ni
podían salir. El papel de cada género se fue construyendo a partir de estereotipos
que encasillaban al hombre y a la mujer: estos tenían que ser fuertes,
poderosos, sabios y autoritarios, frente a ellas que debían poseer belleza, ser
sumisas, frágiles y dependientes.
Son muchas las manifestaciones artísticas que reflejan estos
compartimentos estancos, entre ellas la fotografía, que a lo largo de 170 años
de historia ha retratado la sensualidad y la elegancia de los cuerpos
femeninos, el vigor de los masculinos y también cómo ambos se funden en
perfecta armonía o cómo se intercambian los roles. La fotografía ha sabido
captar cómo la mujer adoptaba, paulatinamente y con determinación, la decisión
de tomar parte activa en la vida social, laboral y cultural más allá del ámbito
doméstico, y de cómo el hombre reivindicaba con timidez una faceta tierna y
sensible, incluso su derecho a la inseguridad.
La exposición, “artística y antropológica a partes iguales”,
según afirma Francisco Carpio, crítico de arte, es una oportunidad excepcional
para reflexionar sobre el papel que hombres y mujeres han tenido y tienen en la
sociedad. Una completa selección de imágenes refleja las grandes diferencias
entre sexos, diferencias que han determinado el comportamiento de ambos
géneros, la forma que éstos tienen de mostrarse ante el mundo.
Grandes fotógrafos
Percepciones reúne un total de 130 imágenes, “la gran
mayoría son originales y las que no, se han reproducido fielmente, según la
época en la que se tomaron”, explica Cario, realizadas por más de 50
fotógrafos, entre los que se encuentran muy pocas mujeres.
Entre ellos cabe destacar a Julia Margaret Cameron, Nadar y
André-Adolphe-Eugène Disdéri, del siglo XIX; pero el grueso de la selección
está formado por autores del siglo XX, como August Sander, Willie Brandt,
Edward Weston, Brassaï, Edward Steichen, Lewis W. Hine, David Seymour, Robert
Frank o Anselm Adams. La exposición incluye también retratos de actores como
Sarah Bernhardt, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Marilyn Monroe o Paul Newman.
La muestra se articula en torno a cinco grandes apartados
temáticos y descriptivos. El primero de ellos, Poder y autoridad, refleja el
rol tradicional asignado al hombre hasta hace tan solo unos años. La figura
paternal, segura de sí misma, fuerte y con carácter, que domina el mundo y del
que depende el resto de la familia. El visitante se va a encontrar con un
hombre aparentemente insensible que exhibe su autoridad ante la sociedad, ante
la mujer y ante sus hijos.
Esta sección recoge imágenes de Lewis W. Hine, como las
fotos de obreros construyendo el neoyorkino Empire State Building, o la imagen
del campeón de boxeo Primo Carnera, tomada por Edward Steichen en 1933,
recibiendo un ramo de flores de una niña. También las de Vincent Cianni que, en
la década de los 90, fotografió a un grupo de jóvenes en un barrio hispano de
Brooklyn.
Rompiendo arquetipos.
En Sensualidad y sumisión, segundo apartado, se muestra la
imagen que ha tenido la mujer en un mundo tradicional en el que el hombre marcaba
las reglas. Se pueden contemplar imágenes en las que la mujer exhibe sus
capacidades maternales y su condición de ama de casa. Este arquetipo lo refleja
a la perfección el trabajo de B. J. Falk, con su elegante retrato de 1887 de
Mrs. Langtry, o el del fotógrafo americano Fowler, representando a una mujer
posando con su vestido de novia.
El recorrido expositivo continúa con Seducción y deseo,
donde se incluyen imágenes que muestran la atracción sexual entre el hombre y
la mujer. Entre los ejemplos se encuentra el retrato de un joven con corona de
laurel, realizado hacia 1900 por el barón Wilhelm von Gloeden; la fotografía de
1974 de Mark Goodman, en la que se muestra la seguridad adolescente o la
desafiante mirada del retrato de Paul Newman, obra de Candice Bergen.
En Alma desnuda, el visitante va a encontrar imágenes que
describen cómo, tanto el hombre como la mujer, quieren despojarse de los
estereotipos que les han marcado a lo largo de la historia y poder mostrar así
“su alma desnuda”, lo que realmente importa. Un buen ejemplo es Ophelia Study
No. 2, de Julia Margaret Cameron de 1867, así como los espléndidos retratos de
mujeres como Greta Garbo, Marlene Dietrich, Eva Le Gallienne o Frances Farmer,
obra de Edward Steichen.
Finalmente, la exposición concluye con la sección Quiero ser
tú, que refleja la fascinación del hombre y de la mujer por el rol del otro. Se
recogen fotografías que constatan dos tipos de imitación: la que surge de la
admiración, frente a la ironía que es terapia para superar complejos pasados.
El ansia femenina por un aspecto duro y seductor se puede observar en la
fotografía de la piloto Lois Hollingsworth tomada por Anne Noggle. Mientras que
el hombre femenino se puede ver en la serie Before the Camera (1990-1991) del
canadiense Chuck Samuels.
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